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A veces confundimos un conflicto escolar con una situación de bullying, y aunque los dos requieren atención inmediata, el rumbo a seguir es diferente.


CONFLICTO ESCOLAR


Un conflicto escolar puede ser cualquier problema entre los miembros de la comunidad escolar, ya sean alumnos, profesores o padres de familia. Suelen ser problemas aislados, que suceden por única ocasión debido a diversas circunstancias: desacuerdos, malos entendidos, inadecuada expresión de las emociones, etc.

Si un profesor tuvo un mal día y le gritó a un alumno, ese es un conflicto escolar; dos amigos que se pelean a la hora del recreo, ese es un conflicto escolar; si una madre de familia tuvo una discusión con la directora por las calificaciones de su hijo, ese es un conflicto escolar.

Los conflictos escolares son situaciones que deben ser atendidas a tiempo o de lo contrario pueden escalar a problemas mayores e incluso convertirse en abuso sistémico, es decir, bullying.

Si el profesor comienza a gritarle todos los días a un niño en particular, lo insulta, le deja trabajos extra que al resto del grupo no, se burla del alumno en frente de la clase, eso es bullying, pues es evidente que este hombre (aunque sea el profesor) ha elegido una víctima para abusar e intimidar.

Es por eso que en cuanto se presenta un conflicto escolar debe haber intervención adecuada por parte de las autoridades escolares. Y la intervención debe ser tal que no fomente la venganza de la parte abusadora.

A veces, con la mejor de las intenciones, las autoridades escolares llaman a la parte agresora a recibir un "sermón" de por qué lo que hizo está mal. Se regaña al niño o a la niña frente a quien está acusando y frente a los padres de éste (rara vez llaman a los padres del agresor, en cambio los padres del agredido suelen acudir con mayor frecuencia a presentar la queja aunque su hijo les pida que no lo hagan).

Este tipo de intervenciones son poco útiles porque dejan expuesto al agredido: El agresor acusa al agredido de "soplón", siente resentimiento por el regaño recibido y planea su venganza aumentando así la frecuencia de las agresiones (si la primera agresión fue sólo por un impulso o un mal manejo de las emociones, de ahora en adelante será un abuso sistemático), y a final de cuentas no habrá mayores consecuencias para el agresor que el discurso (no se le cambia de grupo, no se habla con sus padres, no se afecta sus notas).

Un ejemplo real: Había un grupo en donde sólo había diez niñas, entre todas decidieron dejar de hablarle a una de ellas porque era particularmente callada. Lo hicieron como travesura, dejar de hablarle unos días para ver si así la niña quería hablarles más. A la niña afectada no le interesó mucho realmente y entonces decidió comenzar a juntarse con otras niñas de otro grupo.

La cosa no hubiera pasado a mayores, de no ser porque la afectada le contó todo a su mamá, lo hizo porque de hecho ella siempre le contaba a sus padres lo que le pasaba en la escuela, no porque esperara alguna reacción; sin embargo, su madre decidió que "no se veía bien" que a su hija no le hablaran las niñas de su propio salón y fue a quejarse con la orientadora escolar.

La orientadora mandó a llamar a una de las niñas del salón y la regañó en frente de la madre ofendida y de la niña que se sentía muy avergonzada con toda la situación. El resultado final: No sólo las niñas del salón no volvieron a hablarle, sino que además ahora la empujaban, la tiraban de las escaleras, se burlaban de ella por "haber llamado a su mamá", le robaban cosas. Sufrió el resto del año escolar y por supuesto nunca más volvió a contarle nada a su madre.

El conflicto escolar debe ser intervenido de tal forma, que haya una consecuencia clara para la parte agresora, dando a entender que ciertos comportamientos no serán tolerados, y sin que haya consecuencias negativas para la vida escolar de quienes resultan afectados por las agresiones. Los llamados de atención siempre deben hacerse en privado y no frente a personas externas.

En conclusión, un conflicto escolar es un problema. Siempre en toda interacción humana surgen problemas y conflictos y se deben resolver de forma inmediata. Debe quedar claro que los problemas jamás se resuelven con violencia, y que en caso de ejercerla habrá consecuencias.

El bullying en cambio, implica que un abusador ha elegido a una víctima para molestar y agredir continuamente. Va más allá de un conflicto común surgido de algún malentendido o desacuerdo, se deriva en cambio de la creencia del abusador de tener derecho a intimidar a los que considera "más débiles" o diferentes.

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