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De todas las escuelas que conozco, nunca pensé en tener que escribir una entrada sobre el Centro Montessori Tonali.
El Centro Montessori Tonali está ubicado en la delegación Iztapala, en la colonia El Sifón, muy cerca de Churubusco y Eje 3.
Tonali es una escuela que utiliza el sistema Montessori para enseñar, los niños de estas escuelas tienen fama de ser chicos respetuosos de los demás, y estos centros de enseñanza se empeñan en crear ambientes armoniosos entre la comunidad: los padres se conocen, la escuela realiza actividades de convivencia, se imparten numerosos talleres sobre educación, congresos para padres, etc.
Sin embargo, tal parece que ni siquiera este tipo de ambientes se salva del bullying, específicamente en este caso del cyberbullying.
El caso sucedió entre algunos estudiantes de Taller II del Centro Montessori Tonali, para quienes no lo saben Taller II es el grupo que alberga a los alumnos de 4°, 5° y 6° grado cuyas edades oscilan entre los 9 y 12 años. Muchos de estos chicos utilizan un perfil de Facebook, a pesar de que los maestros recomiendan que los niños no utilicen redes sociales.
Pues bien, uno de los padres de familia se dio cuenta de que una de las alumnas de 4° había escrito el insulto "que puto" en el muro de Facebook de su hijo de 11 años. Inmediatamente los papás hablaron con el niño, quien se mostró sorprendido por el insulto, aseguró que aunque él no se hablaba mucho con su compañera ella nunca le había dicho nada malo y que él tampoco, incluso el chico pensó que quizás él habría hecho algo para que su "amiga" se molestara.
Los padres le explicaron a su hijo que nadie tiene derecho a insultarlo, mucho menos en un espacio público en donde otros amigos y familiares pueden ver esas agresiones. Después de eso borraron y bloquearon a la niña agresora (no cerraron la cuenta) y al día siguiente fueron a hablar con el maestro del grupo.
El guía de Tonali se comprometió a hablar con los papás de la niña, se preocupó por lo que le pasó al chico y aseguró que trabajaría el tema en la clase.
Los padres se sintieron un tanto aliviados de que se tratara de un caso aislado, y que quizás hubiera la posibilidad de que no hubiera sido la niña quien utilizó esos insultos, sino quizás algún amigo o familiar de ella: un primo mal intencionado tal vez.
Desafortunadamente no se trataba de un caso aislado. Al día siguiente, el chico dejó accidentalmente su perfil de Facebook abierto, su mamá lo vio y se dio cuenta de varias cosas:
1. No era la primera vez que la niña insultaba al chico. Había varias conversaciones en donde ella lo llamaba puto y otros insultos, ella tiene 9 años.
2. No era la única niña que lo hacía, había otra de 12 años que también lo insultaba diciéndole cosas como gay, enano, tonto, etc.
3. Esta situación llevaba dándose desde hacía varios meses.
La madre habló entonces con su hijo, este confesó que no sólo recibía insultos en Internet sino también dentro de la escuela, en momentos en que los maestros salían del salón o durante la hora de patio. Y que varias veces había acusado al menos a una de ellas, pero que a pesar de que había alguna consecuencia (como lavar los platos en la cocina por ejemplo) ella seguía molestándolo. Nadie del Centro Montessori Tonali habló con los padres de estas chicas a pesar de las acusaciones porque supusieron, tal como lo hacen en todas las demás escuelas, que era un problema de niños.
Sin importar el sistema de enseñanza que se siga, tal pareciera que seguimos viendo la agresión como un juego, que se puede solucionar con un regaño, una falsa disculpa o un "no lo vuelvas a hacer". No se ponen límites, la familia no se entera, no hay consecuencias acordes a la acción.
Realmente es decepcionante saber que este tipo de historias ocurren en escuelas Montessori. De hecho, cuando uno visita el Centro Montessori Tonali sólo se ve cordialidad: todos los niños se saludan y se despiden como si fueran grandes amigos, el trato en los salones es cordial, los niños se ven tan "bien educados", los guías son amables. Parece realmente un lugar seguro para los niños y su salud emocional.
Y quizá dentro de la escuela sea así, pero al salir las cosas son diferentes, después de todo la primera educación que reciben es la que ven en casa. Si los insultos son parte de sus vida cotidiana, los hijos los repiten en su relación con otros niños.
Otro aspecto a señalar en los insultos utilizados por las estudiantes del Centro Montessori Tonali, es la marcada homofobia. Utilizar la palabra "gay" como si fuera un insulto, evidencia claramente los sentimientos de esta niña y su familia hacia la comunidad homosexual, como si tener orientación homosexual te convirtiera automáticamente en un ser inferior al que le puedes hacer lo que quieras.
El niño agredido no era gay y era insultado de muchas formas, no me imagino lo que le hubiera pasado si realmente se tratara de un chico homosexual.
Sinceramente no creo que el Centro Montessori Tonali sea una mala escuela, sin embargo creo que no toma medidas adecuadas para evitar el bullying en sus instalaciones, precisamente porque se confían creyendo que su sistema puede evitar por sí mismo estas situaciones. No es así, el sistema sirve para muchas cosas pero difícilmente puede cambiar la conducta de niños que viven en la delegación más violenta del Distrito Federal, cuyas familias se hablan con insultos, golpes, y otras "linduras".
Respecto al chico agredido, su hermano (quien también asiste al mismo plantel) asegura que a él lo molestan porque es el único de su grupo que no dice groserías. Es decir, lo molestan por ser diferente, por ser un ser humano respetuoso.
Si un grupo entero considera la buena conducta como algo anómalo, entonces hay algo que no está funcionando en sus ambientes, ya sea en su casa o en su escuela. En cualquier caso, los padres deberían estar al pendiente de lo que está sucediendo con los alumnos de Taller II del Centro Montessori Tonali.
19 de junio de 2014, 13:27
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